viernes, 25 de septiembre de 2009

Pompeya: la ira del Vesubio


La ciudad fundada por los Oscos (antiguo pueblo itálico) en el siglo VIII a.C, comenzó a crecer como nudo de comunicaciones y puerto de importancia. Entre los años 525 y 474 a.C. fue dominada por la colonia griega de Cumas. Cayó en manos etruscas durante su hegemonía en la península Itálica, para posteriormente caer en manos de Roma durante la Republica, siendo refundada con el nombre de Pompeya en honor a la hija del General de Ejército Pompeyo.
                                             Fresco de la ciudad de Pompeya



Posteriormente, pasará a formar parte de la provincia senatorial de Italia, tras la instauración del imperio por parte de Octavio Augusto.
Pero el acontecimiento trascendental en la historia de Pompeya es la erupción del Vesubio, en el año 79 a.C., que arrasó la ciudad y la sepultó en lava, dejando casi intactos los cuerpos de algunos infortunados habitantes pompeyanos.
                                                                                                

Cuerpo petrificado de un pompeyano
Recreación de la erupción del Vesubio


Las ruinas de Pompeya dejan al descubierto diversas partes. En lo más antiguo o ciudad vieja se halla el centro del Foro con sus templos de Venus, Júpiter y Apolo, la basílica, el mercado y los edificios públicos de culto imperial, ademas de un bello odeón.
Otra parte de su trazado urbano está compuesto por manzanas de casas distribuidas de forma regular al igual que todas las ciudades administradas por Roma.                            Anfiteatro de Pompeya


En el extremo sureste se hallan el anfiteatro y la palestra romana. A lo largo de la ciudad se distribuyeron cuatro termas.
                                   
Muy notables son las viviendas particulares, que han permitido conocer muchos datos acerca de la vida aristocratica y cotidiana de sus habitantes.
                                                                                             
En Pompeya hay grandes casas helenísticas decoradas con pinturas y mosaicos, como las del Fauno y de Pansa, y la casa de laberinto. Otras son imperiales, como las casas de Criptopórtico y de Menandro.

Fuera del perímetro urbano se encuentran las necrópolis y las villas, entre ellas la conocida como "Villa de los Misterios".



La villa de los Misterios








                                                                          Basílica de Pompeya


















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